Escribir puede ser un viaje hacia el centro de uno mismo. Un despellejarse y ofrecerse en carne viva. Una forma de liberación. Esa liberación que nos hace esclavos de la libertad, porque ya no es posible concebir otra forma. Escribir puede ser santo, muerte, vísceras, sangre, confesión, locura, demonios, eternidad. Escribir puede romper las reglas de las estructuras y atravesar el tiempo si tenemos el ímpetu y la valentía. O puede ser nada más que un epitafio.









sábado, 16 de noviembre de 2013

de "Transmutar"

En silencio
un nuevo lenguaje de luces y formas
renace
Se suspenden los estímulos
para abrir la puerta a lo que nace del centro,
de la bisagra del mundo,
de la desnudez del tiempo.
La luna nos traspasa
se arremolina y barre el pasado
la rigidez de las sombras
La luna se filtra por cada verbo
y se convierte en mirada
Hoy aquí... siendo lo que somos
cruzamos varias veces el camino
nos colgamos de heridas
nos soltamos de sueños
y abrimos el coraje para abatir la ilusión
Hoy aquí... siendo lo que somos
jugamos a ser Dios
Y Dios se inspira en nuestros brazos
en nuestras manos
y nos regala un pincel
y la visiòn

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